NAVAJAS ALGIMIA

Como en una peli de Tarantino (de las buenas), empezamos por el medio esta vía verde, continuamos en el principio y terminamos por el final. Hoy el guión iba de dejar el coche en Navajas, y bajar todos juntos hasta Algimia. Allí coger el cercanías (que llega hasta Caudiel) y regresar a Navajas por el coche. Teniendo en cuenta que solo circulan tres trenes al día, teníamos que estar a una hora (15:30) en la estación si no queríamos esperar cinco horas hasta el próximo.

Ésto del cicloturismo en familia, si ya de por si es caótico e impredecible, se complica un poco mirando todo el rato el reloj y el gps, para estimar si llegaremos a tiempo. O al menos te pones un poco más nervioso cuando te entretienes. A eso de las doce ya estábamos cerrando el coche, y dando las primeras pedaladas, con sol pero con fresco por culpa del aire. Y es que con críos nunca lo coges todo, y nunca llegas a salir de casa.

Hemos cogido la vía, por una rampa que hay junto al camping Altomira, de forma que el mulo (yo) ya ha empezado jadeando mientras subía tres bicis a la vez. Luego, repasando mentalmente todo, me he percatado que no llevaba la cartera, con lo que he tenido que volver a por ella. Papi en la línea de sumar con los imprevistos, y un poco de retraso. Hemos tenido que echar varias veces pie a tierra y subir andando. Mi hijo no controlaba con los cambios, a mi mujer le faltaban piernas y yo iba muy cargado remolcando a mi niña.

Estas subiditas podían con nosotros que somos unos domingueros del pedal. Hemos elegido un desvío (señalado) de la vía verde que cruza por dentro de Altura, puesto que en el otro (el original del tren) ponía PELIGROSO. Estaba todo muy bien señalizado, y no hemos tenido problema en cruzar esta población . Cuando acaba el pueblo y reaparece la vía te encuentras con un parque, con una enorme y chula zona de juegos infantil. En verano debe estar genial con tanta sombrita, pero en un día de octubre como hoy ,destemplaba.

Después de comer algo porque según mis hijos «las barrigas les hablaban», y de jugar ellos, hemos reemprendido la marcha, con la mentira de otro parque mas chulo, mas adelante. El camino ha discurrido por lugares abiertos y el solecito ha empezado a calentarnos. A la altura de Segorbe el asfalto casi ha desaparecido y nos hemos encontrado de casi todo. La gente que nos adelantaba (muy correctamente) nos animaba, y como no , decían algo del Trail-gator. A mi niña eso le encantaba, y como siga esta progresión suya me la veo en unos años en el asiento de atrás de una Harley.

A mitad del camino las voces de la barriga volvían a gemir, y hemos hecho otra parada para descansar y comer. Yo hoy he venido muy preparado de casa con mi San Miguel, que me ha sabido a gloria. Mirando el gps, teníamos hora y media por delante y trece kilómetros. Estaba bien pero no habia que encantarse para que no nos fastidiase una caída, pinchazo de bicicleta o simplemente que el camino se complicara. Hemos hecho este final casi de un tirón. Haciendo alguna parada para beber y poco más.

En una de ellas he aprovechado para apretar el sillín. Estaba un poco suelto, y el Trail-gator me lo giraba y era terriblemente incomodo. Hoy estrenaba un porta bultos Topeak, en concreto el modelo Tourist disk, para poder llevar alforjas en mi bici. Para instalarlo he tenido que poner un cierre de sillín especial puesto que mi bici no tenia donde agarrar arriba el porta bultos.

El tramo desde Soneja hasta Algimia ha sido bastante feo de paisaje , al menos si lo comparas con otros tramos de la via.Se notaba demasiado la autovía y el mundo veloz. La vía pasa mucho trozo por caminos rurales compartidos con coches (aunque no hemos visto ninguno). Incluso por donde cruza la autovía vas por un lado del arcén de la nacional, eso si protegido por unos bloques de hormigón. Me he tranquilizado cuando después de un cortado ha aparecido Algimia, aun así hemos tenido 20 minutos hasta que ha llegado el tren.

Hoy nos hemos encontrado con muchas familias haciendo bicicleta. Unos incluso llevaban un remolque mejor que el mío. Otra familia, iban con un tandem de montaña: papá delante, la niña detrás y un bebé en una sillita. Estos si que han hecho que se me removiese la Master Card dentro de la cartera. Creo que el remolque le iría genial a un tandem de montaña. Estaría genial probar un k2 de «pedal».

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