VIA VERDE BARRACAS CAUDIEL

Hoy hemos vuelto a esta Vía Verde de Ojos Negros, terminando en Caudiel, donde empezamos una etapa el año pasado. Hemos disfrutado igual o más que en la anterior ocasión, aunque con menos cosquillas en el estomago. Es normal, ahora ya llevamos unas cuantas excursiones a las espaldas, y aquella fue la primera….con lo que las sensaciones de aventura e incertidumbre eran enormes. Vaya, que íbamos aquel día con el ojete apretao :)

Nuestra salida era 24 Km. mas arriba de Caudiel, en Barracas, con un desnivel por delante de casi 400 metros de altura. La verdad es que pese al solecito hacia fresca en Barracas, porque el viento soplaba con algo de ganas. Bancos de nubes nos han salpicado el camino, y no han ayudado a calentar del todo este día de septiembre. En todo caso cuando por la nubes o por el viento, no nos hemos quitado las chaquetas en todo el rato. No las tenia todas conmigo, y como las tormentas de esta semana han sido antológicas, me he cogido los chubasqueros, «por si».

La vía verde pasa por delante de la actual estación ferroviaria de Barracas, y ésta es un referente para localizarla. Allí nos hemos encontrado con el tren que subía a Zaragoza. Ya estábamos en faena, y el paisaje era la altiplanicie medio desértica de la sierra del Toro. Estábamos a casi 1000 m de altura, y aquí pocas plantas crecen por los rigores del clima. Un paisaje típico de las planicies cerealistas de Teruel. Desde el principio hemos llevado al lado la vía actual del ferrocarril. El camino se ha separado un momento para acortar por un lado que pasa por debajo de un parque eólico. La vía esta asfaltada muy bien y es imposible perderse. Nos hemos topado con unos ligeros repechos, y hemos parado a tomar aire bajos los molinos. Estar a su lado, y escucharlos tan de cerca, me ha impresionado y hecho sentir como un Quijote de pacotilla, en pleno siglo XXI.

Hemos dejado este lugar y la pendiente ha cogido fuerza con suavidad, a la vez que nos reencontrabamos con la vía del tren. Pensaba que iba a ser una bajada más fuerte que el año pasado, pero no. Esa zona coincide con las cuestas del ragudo, y en la carretera se salva un importante desnivel. Es por ello que esperaba unas rampas importantes que no existen en este recorrido Aun así, un adulto puede bajar sin apenas pedalear, a una velocidad de casi 16 Km./h. Eso es lo bueno de esta vía, que no hace falta estar muy bien, y un niño de siete años, puede hacer tranquilamente 24 Km., en dos horas. Eso le pone la moral por la nubes a cualquiera. Lo único malo es la cantidad de gente que te puedes encontrar, y los ciclistas que corren demasiado. Hoy por suerte apenas hemos encontrado cinco o seis grupos de ciclistas. En definitiva un tramo súper recomendable para ir con niños pese a que tengan poca experiencia o fondo.

Poco antes del kilómetro 12, ha empezado a cambiar el paisaje, y los pinos ya empezaban a mandar, aunque todavía se veían algunas carrascas. A diferencias de otras salidas no ha habido mucho caos infantil (me duele esto, tengo pipi, quiero ver aquello…..). Tampoco hemos parado delante de algunas viejas estaciones como la de Toras. La cosa ha ido rodada (nunca mejor dicho) y las pocas paradas han sido por culpa mía para echar fotos. Sin embargo un par de kilómetros más alante, al parar en un viaducto hemos decidido pegar un bocado al solecito. Un lugar muy chulo con otro monte lleno de pinos y una corona de molinos de viento.

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Después de reponer líquidos y evacuar otros (mocos y pis básicamente ) hemos reemprendido la marcha. Mi hijo preguntaba por los túneles, atractivo de esta ruta…..y yo no sabia ya como engañarlo. Menos mal que un poco mas adelante nos hemos encontrado con el primero, el mas largo. Frío y húmedo a más no poder pero muy bien iluminado como todos los que nos hemos encontrado. Luego han caído unos dos más pero eran muy cortos. En uno de ellos hemos tenido un pequeño susto porque un grupo ciclista nos ha rebasado. Un hombre ha pegado un frenazo brusco y el ruido ha asustado a mi hijo que no ha sabido que hacer, y por poco se cae al irse hacia una pared del túnel. Dentro de los túneles hay unos fosos en los lados para drenar que tienen unos 40 cm. de profundidad. Hacen su función pero si te sales del carril y metes la rueda ahí, la leche es antológica. Por suerte, mi hijo se paseó por el borde sin caer.

Han aparecido algunas fincas de almendros y olivos, y el paisaje ha vuelto a cambiar un poco. Hemos pasado por delante de la antigua estación de Caudiel, y a lo lejos ya se veía el campanar del pueblo. También han comenzado a aparecer personas de paseo. El paso por este pueblo se caracteriza en que la antigua vía, pasa pegada a un arroyo que convierte el paisaje en un rincón de Galicia : húmedo , oscuro, frío y a tope de vegetación, De hecho casi ni te das cuenta que de repente entras en un túnel. Al final ya sales a Caudiel, una zona familiar porque es donde salimos en la anterior etapa.

Este tramo de Vía Verde de Ojos Negros se caracteriza por lo duras que pueden ser las condiciones meteorológicas, especialmente al principio. También en que en todo el recorrido no pasas cerca de una población. Hay zonas de descanso con mesas, pero pocas construcciones te encuentras, con lo que en caso de chaparrón no te puedes refugiar. Solo la vía del tren es tu compañera. Ese ambiente desértico, y tranquilo, es uno de sus principales atractivos. La vía esta señalizada a la perfección, y muy cuidada. En todo el recorrido no nos hemos topado con charcos, y eso que estos días ha llovido de lo lindo. Está muy bien asfaltada, especialmente la primera mitad.

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