Este año 2020 ha sido un año diferente por culpa del COVID. Normalmente siempre hemos ido a Francia buscando temperaturas estivales menos radicales, y rutas más seguras de cicloturismo. Este verano nos hemos decidido por un viaje por tierras de Euskadi, buscando lo mismo que encontramos en Francia. Y puedo aseguraros que es una zona que ya conocíamos de otros viajes, y no nos ha defraudado.
La propuesta de este viaje la encontré en Conalforjas, y se trataba de enlazar las dos vías verdes que enlazan Guipuzcoa y Navarra: la vía verde Plazaola y la del Bidasoa. De esa forma se consigue un viaje circular realmente chulo y atractivo pensado para cuatro etapas. Nosotros lo hicimos en tres, durmiendo en campings, que son las referencias en esta propuesta. Este recorrido es una iniciativa de Ederbidea.
VIA VERDE DEL PLAZAOLA
El primer día lo dejamos para llegar en coche hasta Lekumberri, y dormir en el camping Aralar. Al día siguiente comenzamos con alegría la vía verde del Plazaola que discurre entre abruptos y verdes valles. Tuvimos que dar un pequeño rodeo para salvar el túnel de la bartolo que estaba cerrado por desprendimientos. Un poco más adelante nos esperaba el de Uitzi, el más largo de Europa con sus casi 2700 metros. Mi hijo se flipó con esta obra de ingeniería.
Si vas a hacer la vía verde Plazaola, debes saber que es un lugar muy lluvioso. Por no hablar de que los túneles filtran mogollón de agua, llenando su interior de charcos. Por eso el llevar guardabarros es casi imprescindible si no quieres acabar con la espalda y culo llenos de barro.
Ya comenzó el suave descenso que nos permitía el paso de los kilómetros con menos esfuerzo. Hicimos una parada en el precioso pueblo de Leitza, con sus casas tan famosas gracias a la peli «Ocho apellidos vascos». Conforme avanzamos nos encontramos con el río Leitzaran que nos acompañaba por un camino que se complicaba por culpa de los pedruscos. Mi hijo estrenaba el trasero neumático Vittoria. Yo iba con los Schwalbe Delta Cruiser, pero con las bicis cargadas sufrimos en algunos tramos puntuales.
La vía verde terminaba al final de Andoain, pero por polígonos y caminos rurales fue fácil llegar a las orillas del Urumea, donde nos plantamos en San Sebastian. Luego siguiendo la ría de Pasaia terminamos al final de Renteria donde nos despistamos un poco hasta llegar a Hondarribia. Allí terminamos en el camping Jaizkibel, un poco cansados.
VÍA VERDE DEL BIDASOA
El segundo día tuvimos que buscarnos la vida para llegar a Irún, donde nos encontramos con el Bidasoa, que nos regaló unas estupendas imágenes mañaneras. La vía verde comienza con un carril bici que pronto se llenó de vegetación, regalándonos sombra. El paisaje de ría pronto se convirtió en un paisaje de túneles, y un río encajonado por momentos.
En Zalain nos paramos a almorzar, y descansar un rato en el precioso puente de San Miguel. Conforme avanzábamos los pueblos eran más pequeños. Apenas llevábamos comida, y eso podría convertirse en problema. Por eso paramos a comer en el camping de Sunbilla. En una apuesta arriesgada decidimos seguir hasta el siguiente camping. La vía verde finalizaba en Santesteban.
Allí comenzamos una subida de unos 20 km y 700 m de desnivel que se nos atragantó. Y eso que el paisaje era precioso, y la carretera NA-4114 asfaltada y tranquila. La tensión apareció entre nosotros «tú llevas menos peso que yo…», «no me vuelvas a traer de viaje…». Yo por un momento pensé que no lo lograríamos. Hasta tuvimos que pedir agua en un caserío. Pero al final, tras alcanzar el collado de Gorostieta, todo fue una suave y favorable bajada. Llegamos casi a las 20 horas al camping de Aroztegi, muy cansados y rozando los 95 kilómetros.
VUELTA A LEKUMBERRI
Tras la paliza del anterior día, nos lo tomamos con calma. Sabiendo además que nos quedaba un paseo hasta Lekumberri, nos levantamos tarde. Ese día el sol y calor apretó con lo que nos alegramos de la machada del día anterior. Así en ese plan fue una gozada recorrer estos valles navarros tan chulos, verdes, tranquilos y auténticos.
A través del valle de Imotz, nos plantamos en Latasa, donde la estación nos recordaba que habíamos vuelto a la vía verde del Plazaola. Allí frente un bocadillo de chistorra y una cerveza decidimos hacer el trozo de vía verde que nos faltaba hasta Sarasa (dirección Pamplona).
Al principio el camino era chulo, siguiendo el curso del río Larraun, pero una vez que pasas el paso de las dos hermanas y el túnel…el paisaje se vuelve llano y discurre entre campos de secano. Con tan poco atractivo y tanto calor, llegamos un poco más allá de Sarasate. Nos tomamos un refresco y desandamos el camino hasta Latasa.
La vuelta hacia Lekumberri era en ligera subida al lado del río Larraun. Un lugar donde hay que parar si o si es la cascada natural de Ixkier. Un salto natural del agua, que parece sacado de un libro de fantasía. Llegamos al camping donde pudimos lavar las bicis con tranquilidad con una manguera que amablemente dejan a todo el que la quiera usar. Comimos en la vieja estación y luego partimos rumbo a otra aventura.
Este viaje es muy recomendable. Circular, por lugares frescos y desniveles asumibles y suaves. Por no hablar de los paisajes tan verdes y auténticos. Y es que ambas vías verdes tienen la previsión de conectar mejor con las rutas eurovelo en general, y con la eurovelo 1 en particular. La que llamamos Velodyssee y que nosotros hemos estado varias veces.
Para no volvernos a casa tan rápido, nos fuimos a visitar Vitoria y alrededores con nuestras bicis. Pero eso ya es otra historia que puedes leer aquí.