VIAJE POR LOS CASTILLOS DEL RIO LOIRA

Después de todos nuestros viajes en bici por Francia, el siguiente de forma lógica era el de los Castillos del Loira. Esta ruta se puede considerar la repolla en esto del cicloturismo, y lo tiene todo. Caminos de bici, toda llana, perfecta señalización, linea de tren cerquita, patrimonio y una barbaridad de pueblos donde buscarte la vida. La ruta completa son 650 km y va desde Nevers hasta el oceáno Atlántico y sigue un rio salvaje no por lo bravo, sino porque no está manipulado por presas ni embalses. Mi hijo (13 años) y yo decidimos salir de Nantes y llegar hasta Orleans pedaleando con unos 400 km largos por delante, esta tercera semana de julio.

ETAPAS CASTILLOS DEL LOIRA

Pese a mis dudas por lo lejos que tenemos esta ruta (mas de 1200 km), el consejo del experimentado Vicent me animó. Los sueños estan para perseguirlos pese a que hayan barreras que superar. A diferencia de otros viajes apenas lo preparé. Me compré la guia de bicimap que va muy bien. Te propone unas etapas que nos sirvieron de orientación, y te ofrece mucha info en sus mapas. De esa manera puedes improvisar sobre la marcha sobre estirar o acortar una jornada, estas fueron nuestras etapas.

 diasalidallegadapoblacion distancia
1camping Belle Rivierecamping la PromenadeMontjean sur Loire55 km
2camping laalbergue la BoussiniereGennes68 km
3albergue la Boussinierecamping la BlardiereRigny Usse72 km
4camping la Blardierecamping les Acacias la Ville-aux-Dames61 km
5camping les Acaciascamping la grande TortueCandé-sur-Beuvron53 km
6camping la grande Tortuecamping indigo les ChateauxBracieaux54 km
7camping indigo les châteauxcamping municipalOrleans68 km
8camping municipalcamping Belle RiviereNantes6+tren+9 km

GUÍA BICIMAP, CASI IMPRESCINDIBLE

Es verdad que sobre el terreno está muy bien señalizada la ruta, pero la guía Bicimap me ha venido muy bien para saber que ver, donde comprar, dormir o que atajo tomar. La pobre volvió a casa desgastada pero muy bien amortizada.

guia castillos del Loira

VER EN AMAZON

Decidimos hacerla contra corriente porque el viento suele pegar duro y de esa forma lo llevaríamos a favor. Es cierto que no dura todo el día, y en algunos caminos no se nota, pero me alegro de esta decisión. La gran mayoría de gente la hacia en sentido contrario, algo que no entiendo.

EMPEZAMOS EN NANTES

Empezamos el viaje en el camping Belle Riviere a 10 km de Nantes, pero a 2 metros de la ruta de los Castillos del Loira. Allí podíamos dejar el coche a muy buen precio. Toda la noche llovió y por la mañana lloviznaba, fue el principio de toda una semana con todo tipo de elementos meteorológicos. Tras las primeras pedaladas pronto nos vimos rodando junto al río Loira, lo que me puso tontorrón. Ancho, con muchas islas y bancos de arena se notaba que estaba bajo de caudal. Aun así mi cabeza hacia cabalas sobre la posibilidad de hacerlo en kayak algún dia. Con el paso de los días el tema del viento me quitó la tontería.

El camino se separó por momentos del río pasando entre campos con bichos que nos parábamos a tocar si podíamos. Otras veces el camino iba sobre un talud que se ha ido construyendo durante años para controlar sus crecidas. Por uno de estos llegamos a Montjean sur Loire, donde el vendaval daba duro y también circulaban coches. Y es que salvo cuando vas por las orillas, vas a encontrar algún coche, que te respetan (miman) pero corren. Es por ello que es recomendable ponerse chalecos de alta visibilidad porque el sol luce a ratos. En el camping la Promenade nos quedamos y me cagué al comprobar que la tarjeta bancaria no me chutaba. Tuve que llamar a casa para que me mandasen dineritos porque no tengo habilidades para sacar cash en la calle con una pandereta.

DE NUEVO CON DINERO

El segundo día empezó en la oficina de la Poste recogiendo el dinero para continuar el viaje, y no tener que regresar a casa. Ya con la tranquilidad de tener financiación pasamos como todos los días por la boulangerie local para aprovisionarnos de croissants (alucinantes) y pastas varias que nos servían hasta la hora de comer. Visto lo visto en las horas anteriores, decidimos que íbamos a comer y cenar de super o epicerie. En esta parte de Francia todo lo cierran sobre las 19:30 y los campings son justitos con lo que pasaba de agobiarme de no encontrar nada abierto para cenar. La mayoría de pueblos son pequeños y tienen colocada la zona comercial así como muy rara, con lo que lo mejor, consultar el mapa de cada población.

Esta jornada no tuvo mucha historia, y fue entre caminos sin encanto. Decir que por acortar evitamos cruzar la ciudad de Angers y no divisamos castillo alguno. Dormimos de cama en el albergue la Boussiniere en el pueblo de Gennes.

SUEÑOS ERÓTICOS DE CICLISTAS

La tercera jornada cargamos comida en el hiper de Gennes y pasamos por la preciosa torre de Treves. Luego llegamos a la ciudad de Saumur, muy bonita aunque la entrada en bicicleta no estaba muy clara. Nos desviamos para subir al castillo por una rampa dura para nosotros pero las vistas merecieron la pena. No entramos en el castillo, y es que en nuestras prioridades no estaba visitarlo todo. Nos perdimos un poco para volver al rio y evitar la variante por las colinas. La idea era pasar por los pueblos trogloditas, que son cuevas que se han hecho después de años extrayendo piedra para hacer  chateaux y otros edificios. La verdad es que no me parecieron tan chulas las cuevas después de todo lo leído.

Para llegar a Chinon tomamos un atajo por un camino de tierra a la orilla del río Vienne. Este pueblo tenia una pinta estupenda, pero íbamos un poco fuera de horario y apenas visitamos sus calles. Como las señales desaparecían hicimos una pequeña trampa subiendo por el ascensor que da acceso al castillo. Ya saliendo de Chinon tuvimos un susto porque cruzando en una rotonda un Clio casi nos embiste. Entre colinas se nos hizo muy pesado llegar a Rigny Usse. Y eso que tras una parada estaba el sueño erótico de todo cicloturista. Dos ciclistas francesitas jamonas, paradas en un trigal en medio de la nada y haciéndonos «ji,ji,ji». Pasamos como si fuesen un espejismo porque solo queríamos llegar al camping.

VISITA A LOS CASTILLOS

La cuarta etapa comenzó como siempre y aunque faltaban 20 minutos para abrir el precioso castillo de Usse, no entramos e hicimos camino a la fresca para almorzar en el puerto fluvial de Brehemont. Mientras nos zampábamos los croissants conocimos una pareja de Nueva Zelanda que nos fuimos encontrando durante todo ese día. La siguiente parada fue en el castillo de Langeais donde el pueblo con un aire medieval le daba un aire de verdadera película. Ya cuando mi hijo me preguntaba «pero es que no vamos a visitar ningun castillo?» nos plantamos en el de Villandry.

Aprovecho para decir que pese a ser una semana de julio no hemos encontrado gente nivel agobio en los castillos, pero eso si los precios varían mucho. Desde los 11 eur del más barato hasta los 28 del mas caro. Hay que decidir cuales se visitan para que no se dispare el presupuesto, y permitir hacer etapas largas. En el castillo de Villandry lo más bonito son los jardines, la pesadilla de cualquier alérgico. Después de comer, en un agradable paseo llegamos hasta Tours donde visitamos la chulisima catedral (gratis). Intentamos localizar el casco antiguo pero no hubo forma y es que rodar sin saber el lugar en una ciudad, cargado y con un adolescente no da buen rollo. El camping les Acacias a las afueras de la ciudad fue nuestro descanso. Casi me pongo a llorar ver el bar lleno de gente cenando a las 21:30.

NUBES Y VIENTO

Este quinto día comenzó como el resto levantándonos a las 8:00 y pedaleando a las 9:30 ya con la compra hecha. El cielo nublado como todos los días hoy no se iba a abrir y el viento pegó fuerte muchas horas. Por suerte lo teníamos a favor, y así cruzábamos muy fácil entre viñedos enormes. Al almorzar frente una casa, el anciano nos ofreció cervezas y pese a que no aceptamos nos enseño su precioso coche de más de un siglo. Nuestro francés sigue siendo como el de Torrente y pese a que pillamos lo gordo, es una pena en todos estos viajes no poder mantener conversaciones mas sustanciosas e interesantes.

Más adelante llegamos a Amboise lloviendo, y aunque nuestra intención era visitar el castillo, lo cambiamos por una birra y un helado king size. No me molaba la idea de dejar las bicis con toda la carga en una ciudad, en la calle. En casi todos los castillos hay un parking de bicis, pero a la mano de cualquiera. El rollo es atar las bicis y llevarse lo importante. Imagino que no hay robos… pero en Amboise me entró la neura. Además teníamos en el punto de mira uno de los bonitos: el castillo de Chaumont. Esté fue el mas caro de entrar (28 eur) y los jardines no nos molaron aunque chanaban sus esculturas. Cansados de todo el día con viento, y escupitajos del cielo, llegar al camping la grande Tortue fue un bálsamo, porque tenia de todo, hasta piscina calentita. A un precio imbatible de 17 eur, y es que los camping eran baratitos en el Loira.

ESTIRANDO LA RUTA DEL LOIRA

La sexta etapa vimos haciendo números que se nos acababa muy pronto el viaje. Es por ello que decidimos seguir la variante que se aleja del río Loira para visitar algunos castillos importantes. Decir que la zona de Blois esta llena de recorridos circulares para bici, con lo que es fácil perderse porque las señales confunden. Es importante seguir el numerito de la ruta. La mañana salió fría y a eso de media mañana el viento, con lo que las chaquetas nos acompañaron muchas horas. Llegamos a Blois entre preciosos bosques y cuando disfrutábamos de su estupenda panorámica mi hijo sufrió el primer pinchazo. Busqué abrigo del vendaval y el sol que salia y arreglé el pinchazo con maestría. Nos separamos del río en busca del castillo de Cheverny, pero llegando a Chatellet mi hijo cayó en una bajada con gravilla.

Tras comer algo y reparar heridas, antes de entrar al castillo nuevo pinchazo en la misma rueda porque mas que maestría había usado afición. Por fin entramos al castillo de Cheverny, que sirvió de inspiración para las aventuras de un tal Tintin. Tienen montado un tinglado para los freakies de este personaje. También nos hizo gracia la perrera con una jauría de perros de caza que parece que sean todos primos. Del castillo en si me quedo con los salones. Si todo va mal puede empeorar, y es que a poco de ponernos en marcha… nuevo pinchazo de la rueda del remolque esta vez.

No la tuve que cambiar pues aguantaba, pero ya sin cámaras de repuesto íbamos los dos con el ojete apretado para llegar al camping. Antes pasamos por el castillo de Villesavin, no el más bonito pero si el mas auténtico. Por fuera habían bichicos que hicieron las delicias de mi hijo. No lo visitamos por dentro porque era de forma guiada. En el camping pusimos parches a las cámaras y nuestros amuletos.

CASTILLO DE CHAMBORD Y ORLEANS

El séptimo día el plan era llegar a Orleans. Pese a que el tiempo era frío y nublado no pensaba que nos iba a costar tanto. Por el camino teníamos un boleton De castillo: el de Chambord. Un chabolo de los que se montaban los reyes para cazar. Antes de llegar a este palacio tuvimos que cruzar sus imponentes bosques. Decir que si no quieres entrar puedes visitarlo gratis por fuera y recorrer en bici sus jardines con canales. En el castillo de Chambord es donde la piedra blanca que sacan de las riberas del Loira toma formas imposibles.

Ya de nuevo en marcha pronto volvimos a dejar la variante y nos reencontramos con el río Loira. Poco a poco el viento y la lluvia fueron tomando fuerza hasta que a cada pueblo buscábamos refugio donde podíamos. En esas, apenas pudimos apreciar un pueblo medieval chulisimo como Beaugency. En el siguiente pueblo encontramos cobijo en el mercado cubierto y un café súper chic. Llegar a Orleans ya no tuvo historia bonita que contar. Además el camping municipal era el peor que he estado en mi vida.

VUELTA A NANTES EN EL INTER LOIRA

Todavía quedó un octavo día. Llegar a la estación de Orleans y tomar el tren de vuelta a Nantes. Aun nos faltaba montar una de Jaimito. Subir por una rampa, para bajar por un ascensor y luego volver a subir otra rampa. Todo con divertidos quita y pon de remolque cargado. Menos mal que el tren Inter Loira era de fantasía. Un vagón solo de bicis donde una exótica y jamona morenita te sube y baja las bicis sin desmontar nada, y mejor colocadas que las hermanas Hilton. Y gratis !!!. De camino a Nantes daba pena volver, pero el tramo Atlántico que nos faltaba, no era muy atractivo. Haber continuado después de Orleans complicaba la vuelta. Un ratillo pedaleando y volvimos por el coche. Otro cargándolo todo y ya estábamos de camino a Burdeos donde pasamos la noche de vuelta a casa.

DONDE DORMIR

VER MAPA GRANDE

Me gustaría acabar diciendo que este viaje ha tumbado los prejuicios que tenía respecto el supuesto desprecio que nos tienen los vecinos de arriba. No solo nos han tratado con mucho cariño y atención todo el mundo, sino con una educación exquisita. La ruta de los Castillos del Loira lo tiene todo para cualquier nivel de cicloturismo. Si que creo que si vas con niños requiere de otro viaje previo. Por un tema de tramos con (pobre) circulación y las (pequeñas) cuestas, no es viaje para debutar con niños pequeños.

Si te ha gustado comparte en redes sociales y no dejes de mandar un mail en caso de duda.

LINK AL TRACK
mapa castillos del loira

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies