LA VELODYSSEE Y BAHIA DE ARCACHON

Este año hemos vuelto a la Velodyssee después de las buenas sensaciones de nuestro viaje por las Landas de hace unos años. Conociendo lo bueno del lugar (playas infinitas, bosques enórmes, perfil fácil, pistas exclusivas de bici y muchos cámpings) decidimos ir toda la familia (en el otro fuimos la mitad). Este rollete diferente implicaba adaptación y un cambio de chip. Mi mujer y mi hija apenas tenían experiencia en viajes de cicloturismo, mientras mi hijo y yo ya tenemos muchas batallitas bici-viajeras. Muchas situaciones estaban previstas y resueltas, pero otras no y ello era un reto para mi. Como siempre, se trataba de hacerlo divertido y que todos quisiesen repetir. Lo conseguimos ¿?? Sigue leyendo.

Como en cada viaje diseñamos en casa un trayecto que salía de la duna de Pilat, rodeaba la bahía de Arcachon, y llegaba a Verdon sur mer en la desembocadura del Garona. A mi me quitaba cada noche el sueño si las chicas iban a aguantar los 35 km diarios previstos, dormir tantas noches en el suelo o aguantar imprevistos. Además nosotros somos una familia como muchas con hijos adolescentes que se enfadan si no tienen móvil, lo discuten casi todo o que se pelean por chorradas. Por si acaso, los cuchillos los guardaba yo :)

Cuando viajas por la Velodyssee o las Landas, conviene mirar siempre con un ojo la previsión meteorológica puesto que las lluvias te pueden sorprender. Nosotros pillamos sol y un calor brutal en esta ultima semana de Agosto. Cada 15 minutos había que parar a beber y por eso llevábamos 5 litros encima porque en Francia las fuentes no abundan. Este factor no estaba previsto y cada vez que abría la alforja sentía que los chubasqueros se reían de mi.

Llegamos a nuestra casilla de partida en el camping la Foret (42 eur), y como la otra vez, nos dieron sitio a los pies de la duna de Pilat, la más grande de Europa. Si vas por la zona no te la puedes perder y si como nosotros puedes disfrutar de una brutal puesta de sol desde arriba, es la polla. A la mañana siguiente pronto me puse en marcha para recogerlo todo y colocarlo en el remolque y las alforjas. El planteamiento era que mi hija no llevase nada de peso, y mi mujer lo mínimo en sus alforjas, para hacerles la vida más fácil. Mi hijo compartía peso conmigo con las alforjas Vaude Aqua back. Todo cabía (sin haberlo ensayado antes) y nos pusimos en marcha con ilusión.

Pronto surgió una dificultad que no se llegó a solucionar del todo durante el viaje: los diferentes ritmos. Un adolescente hormonado, una groupie y una mujer escoba. Y al medio yo, intentando llevarlos todos juntos, no perdernos, y marcando el camino. Con tantos nervios pensé que volvería afumar después de 14 años . Llevaba un track , y la guía, pero aun así con tanto carril bici y señal nos perdimos un poco y dimos un rodeo por las colinas de Arcachon. Las cuestas y el calor pronto rompieron el buen rollo. Abandonamos el carril bici para buscar un sitio donde comer, y me di cuenta que tampoco molaba improvisar un camino por las calles entre los coches. Bebidos y comidos, el calor y un recorrido pegado a carreteras repletas de coches, no mejoraron las sensaciones. Por eso lo mejor fue retirarse al camping de Gujan Mestres pronto. Al menos esta tarde disfrutamos al atardecer de cómo son las marismas de la bahía.

El segundo día, las ilusiones eran nuevas, y había aprendido lecciones para el futuro. Tener muy claro el camino, no salirse para ahorrar fuerzas e improvisar lo mínimo. Este rollete impedía visitar lugares de la bahía de Arcachon como las marismas y puertos de ostrícolas. En esta etapa ya empezamos a dejar carril bici urbano, y cruzar algún bosquecillo. El calor también apretaba y rápido me empezaron a preguntar “falta mucho para el camping ?” Por eso llegamos pronto al de Goelands (con piscina) en el pueblo de Arles. Mi hijo y yo de noche, fuimos de peregrinaje al pueblo para ver a nuestro Villarreal en la previa de la Champions, pero no hubo forma. Francia son otras costumbres.

La tercera jornada comenzó a eso de las 8, pero inevitablemente cada día costaba 2 horas hasta que llegábamos a pedalear. Pronto nos merendamos lo que faltaba de bahía de Arcachon y encontramos los esperados caminos de bicis entre los pinos, algo característico de las Landas. Me hubiese gustado bajar algo hacia el Cap de Ferret, uno de los sitios mas chulos, pero no podíamos malgastar fuerzas. En la primera playa que vimos (le grand Crohot) pude convencerlos de continuar, y llegar a la siguiente. No contaba que era la playa de la Jenny, lugar nudista, pero que tiene la ventaja que no se puede llegar en coche, con lo que había menos gente y molaba más dejar las bicis con todo el equipaje. Allí la familia tomamos un baño, algunos sin ropa, y otros a medias. Como anécdota algún nudista nos mangó una toalla de esas del Decathlon. Después de comer tiramos hasta Lacanau Ocean, si bien llegar al camping Airhotel fue accidentado. Un pinchazo de la rueda del remolque, mi mujer y mi hija que se nos perdieron, y un camping lleno sin plazas libres. Este fue el más caro (68 eur) aunque el complejo acuático hizo las delicias de mi familia.

Por repetir en el parque acuático al siguiente día comenzamos más tarde de lo normal. De nuevo los caminos exclusivos de bicis entre los pinos eran el panorama. El problema vino que el tramo entre Lacanau Ocean y Maubauisson se aleja de la costa un poco y cruza una zona de antiguas dunas, lleno de sube y bajas. Cortos pero de pendientes muy fuertes para mi mujer y mi hija. El calor hizo el resto para encender el motín femenino. Por fin llegamos a Maubuisson y a la orilla del lago nos dimos un chapuzón. A la sombra, tras unos gruñidos, comidos, y con un helado todo se veía diferente, por eso decidimos continuar hasta Hourtin Plage. Por suerte el camino era mucho más fácil que el de la mañana, y llegamos pronto al camping Cote d´Argent (58 eur). Esa tarde disfrutamos de los placeres de la zona: paseos por la playa, baños en el Atlántico, un perfecto atardecer y cena de moules (mejillones). Esa noche dormí como un niño.

Todavía nos quedaban una o dos etapas para llegar a le Verdon pero la parte femenina de la familia no les apetecía pedalear más. Parece ser que ya habían puesto duros sus culos y piernas, y no querían más. Por eso me levanté pronto y fui con la bici hasta Lesparre para tomar un TER hasta Burdeos. De allí otro hasta Arcachon y luego pedalear hasta el coche que estaba en el camping la Foret (en la duna de Pilat). Nuestro viaje ciclista se acabó ahí pero aun estuvimos un par de días de playa y visitando la ciudad de Burdeos.

Hablando de vuelta a casa creo que el balance ha sido positivo para todos. Hemos reñido, hemos reído y hemos vivido con lo mínimo todos juntos. Creo que es fácil que repitamos esta terapia en otro destino otro año. Eso si intentaré llevar mucho más estudiado el recorrido y las etapas para que los momentos de pedaleo no se estiren mas de 4 horas diarias. También intentaré que mis chicas estén un poco más en forma, para rodar más juntos y de forma más agradable.

Si buscas info para rodar por esta zona de Francia no dejes de visitar https://www.bassin-arcachon-velo.com/ y la esta guia de las Landas y la zona de Burdeos. Si prefieres una guía en español con todo el recorrido lo tuyo es la guia de la eurovelo

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